El moquillo canino es una enfermedad extremadamente
contagiosa provocada por un pequeño virus; se transmite con mayor frecuencia
por medio del contacto con las mucosidades y las secreciones acuosas de los
ojos y hocico de los perros infectados. El contacto con la orina y las heces
fecales de los perros infectados puede resultar igualmente en infección. Un
perro sano puede infectarse sin entrar en contacto con un animal infectado. Los
criaderos y los corrales para perros, al igual que cualquier otra área usada
por perros infectados pueden albergar el virus del moquillo canino. El virus
puede ser transmitido por las corrientes de aire y objetos inanimados. A menos
que se fuese a mantener al perro completamente aislado, es prácticamente
imposible evitar que se exponga a la enfermedad.
Prácticamente todo perro que alcance el año de edad ha
estado ya en contacto con el virus.
El moquillo presenta muchos signos que no siempre son
característicos. Es por esta razón que se puede demorar el tratamiento hasta el
punto de no llegar a darse. Frecuentemente, la enfermedad produce algo así como
un resfriado severo. La mayoría de los perros infectados tienen fiebre. Los
animales expuestos a la enfermedad pueden contraer bronquitis, neumonía e
inflamación del estomago y de los intestinos. Los primeros signos del moquillo
que el dueño del perro puede detectar son: estrabismo, congestión y secreción
de pus en los ojos. Son frecuentes también, una reducción en el peso, tos,
vómitos, secreciones nasales y diarrea.
En los estados mas avanzados de la enfermedad, el virus
ataca con frecuencia el sistema nervioso, provocando una parálisis parcial o
completa, como también tic y convulsiones. Los perros que sufren la enfermedad
se muestran generalmente apáticos y tienen muy mal apetito. Hay casos en que
los síntomas pueden ser muy tenues y que no lleguen a detectarse, o puede que
el perro tenga solamente una ligera fiebre durante un par de semanas.
Los problemas nerviosos pueden aparecer a veces semanas
después que el animal se ha recuperado de los primeros síntomas de la
infección. Hay ocasiones en que el virus causa rápido crecimiento de las
células de queratina endurecidas en la almohadilla plantar. El moquillo es tan
común y sus signos son tan variados que cualquier perro joven que este enfermo
deberá traerse a la veterinaria para un diagnostica definitivo.
La prevención y protección del moquillo canino:
Los perros que sobreviven a una infección natural pueden desarrollar
inmunidad para protegerse del moquillo durante el resto de su vida. Hay muchos
perros - especialmente cachorros - que no sobreviven a una infección adquirida
naturalmente. La protección más segura es la Vacunaciòn, pero desgraciadamente,
los científicos no han inventado todavía una vacuna contra el moquillo que
garantice la inmunidad del perro durante toda su vida con una sola serie de
aplicaciones. Los cachorros que nacen de hembras vacunadas contra el moquillo
adquieren cierto grado de protección natural por un tiempo. Si la madre
amamanta a los cachorros, los mismos obtienen una inmunidad adicional gracias a
las sustancias en el calostro, o primera leche. El grado de protección que un
cachorro recibe, varia en proporción a la cantidad de anticuerpos que la madre
tenga, pero nunca será completamente suficiente. Esta inmunidad pasiva
transmitida por la madre disminuye con gran rapidez a las dos semanas de
nacido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario